Nació y se crió en Catamarca. Fanática de la danza desde muy chica, abandonó sus estudios a los 7 años porque una profesora le había dicho que era “gordita” para ser bailarina.
Años más tarde, su vida recibiría un golpe inesperado: su mamá sufría un accidente que la dejaría en coma durante 3 años, por lo que tuvo que dejar de trabajar para dedicarse exclusivamente a su cuidado.
Sin embargo, nada de esto apagó su pasión por el baile y las artes escénicas. Un día, a través de las redes sociales, se enteró que el Gobierno de la Ciudad, a través de #Potenciate, otorgaba becas en la Fundación Julio Bocca.
A pesar de vivir a más de 1.200 kilómetros de Buenos Aires, Amanda no iba a desaprovechar esta gran oportunidad: vendió casi todas sus cosas, se compró un pasaje de bus y llegó con lo justo a la Usina del Arte para audicionar junto a miles de jóvenes de todo el país.
Después de realizar la prueba, volvió a su Catamarca pensando que no había seleccionada. Sin embargo su familia (que se había enterado porque ella se había quedado sin batería en su celular), la esperaba con una excelente noticia: había sido una de las ganadoras.
A partir de ese momento su vida cambiaría para siempre. Se mudó a Buenos Aires, empezó a estudiar danza en la Fundación y gracias a #Potenciate y Expo Empleo consiguió un trabajo que le permitió seguir construyendo su proyecto de vida.